lunes, 22 de enero de 2007

¡No llores!

Seguramente has atravesado situaciones duras e inexplicables en las que tus lágrimas brotaban de dolor y desconcierto. Pero hay alguien que puede darte ese consuelo que necesitas; es la misma persona que se preocupo por las lágrimas de la mujer de la siguiente historia:



Poco después Jesús, en compañía de sus discípulos y de una gran multitud, se dirigió a un pueblo llamado Naín. Cuando ya se acercaba a la puerta del pueblo vio que sacaban de allí un muerto, hijo único de madre viuda. L a acompañaba un grupo grande de la población. Al verla, el señor se compadeció de ella y le dijo: "no llores", entonces se acerco y toco el féretro. Los que los llevaban se detubieron y Jesús dijo: "joven, ¡te ordeno que te levantes!". El muerto se incorporo y comienzo a hablar, y Jesús se lo entrego a su madre...



Jesús siempre esta cerca para comprender nuestras tristezas, y sin juzgarnos, ni siquiera, sermonear nos, recogerá nuestras lágrimas y nos cobijara en sus brazos. Porque en sus brazos te sentirás segura.



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